En su vigésima edición el festival más grande del país volvió a demostrar que el mito de las sierras sigue vivo. Las nuevas generaciones y los clásicos de siempre se reunieron para celebrar el rito anual cordobés que este año tendrá edición extra en el mes de octubre. ¡Feliz cumpleaños Cosquín Rock!
Una vez más el festival más grande del país dio muestras de su ostentación, está vez para festejar nada más y nada menos que 20 años de vida. Fueron dos días cargados con largas jornadas de música, con un público que aprendió a convivir en la diversidad y así permitirse disfrutar no solo de sus artistas favoritos, sino también de descubrir bandas nuevas y de estilos variados que en esta edición más que en ninguna otra, dio muestras de esa pluralidad en todos los sentidos.
El primero de los dos días programados tuvo como epicentro el escenario Norte, donde las bandas más grandes del país pisaron el tablado para el delirio y la mayor concentración de aficionados. Sin dudas la cresta de la ola llegó cuando se presentó Divididos, que hizo honor a su mote de aplanadora y dejó al público con la sensación de haber sido aplastado por un potente sonido como nunca se había oído a lo largo de estos veinte años. Cabe destacar que la banda que comandan Mollo y Arnedo no se presentaba hacía 15 años en el festival cuando la sede era otra. Con un inicio que desbordo de argentinidad, nada menos que con el Himno Nacional Argentino cantado por Ricardo Mollo desde las pantallas junto a una banda sinfónica y un comienzo con el riff de Diego Arnedo para hacer "Cajita musical", canción del disco Vengo del Placard del Otro, el power trío siguió con una catarata de canciones propias que son clásicos, incluyendo "Amapola del 66" canción en la cuál se permitió homenajear a Luis Alberto Spinetta, en un día muy especial, que recuerda la partida del flaco y también rememora la partida del propio padre de Ricardo, allí esbozó fracciones de “Para ir”; también homenajearon a Pappo haciendo la ya casi propia “Sucio y Desprolijo” tanto como a Sandro con “Tengo”. En el medio transcurrió un fuerte apoyo a los pueblos originarios y una reivindicación política de Evo Morales, el depuesto presidente de Bolivia, reconocido luchador popular antes de tocar el himno de la resistencia ancestral “Huelga de Amores”. Para la frutilla del postre y para que no queden dudas que fue el mejor número del festival, luego de “Ala delta”, el trío conformado por Mollo-Arnedo-Catriel arremetieron con dos clásicos de Sumo “Crua Chan” y “Nextweek” para finalmente dejar el escenario no sin antes saludar en persona a quienes se amichaban contra las vallas para recibir de manos del mismísimo Mollo una de sus púas.
La falta de Charly García fue un duro golpe para estos festejos por los 20 años de existencia del festival sobre todo porque fue a pocos días del comienzo del mismo. El músico acusó un golpe en su fracturada cadera hace algunos años y le impidió viajar para presentarse. Con gran habilidad, el productor y creador del Cosquín Rock, José Palazzo decidió que la banda que acompaña a Charly se presente con invitados que suplirían al mito viviente del rock argentino, tarea para nada fácil, pero se puede decir que en líneas generales todos estuvieron a la altura, sobre todo cuando para los últimas canciones del show León Gieco, amigo y uno de los músicos más importantes del país, bendijera la suplencia con dos canciones míticas, "El Fantasma de Canterville", pieza compuesta por García pero popularizada por Gieco y Los Salieris de Charly, oda dedicada de puño y letra por Leon para el bigote bicolor. Para el cierre definitivo, tods ls invitads cantaron otro himno de García, Inconsciente Colectivo, así El Aguante y The Prostitution se fundieron para bancar al más grande.
Skay tuvo un set prolijo y tajante con canciones de sus discos solistas, tres clásicos redondos y hasta pudo presentar algunos de su última cosecha, como siempre no desentonó en el clásico de las sierras; luego Guasones le puso su velvet impronta platense; el cierre llegó a plena fiesta con Los Auténticos Decadentes y su inagotable lista de hits populares.
El escenario Sur del primer día fue copado por las mujeres y desde bien temprano Sara Hebe encendió la mecha con su métrica rapera, con un potente set que le permitió dar muestra de su poderío en el escenario; luego las internacionales Nathy Peluso y Mon Laferte le pusieron su estirpe a sendos shows que matizaron los sonidos rockeros que provenían de otros escenarios, recordemos que hay al menos, seis escenarios distintos en el inmenso predio. Uno de ellos estaba acondicionado para que toque una y solo una banda, al igual que el año pasado sucedió con los Decadentes, este año los mexicanos Molotov tocaron su Desconecte, el unplugged que grabaron para MTV el año pasado, dentro de una carpa colmada por el público que no quiso perderse esa experiencia. ¿Será que el año que viene Café Tacuba presente el suyo? Ya lo sabremos en noviembre cuando Palazzo de la nueva grilla, antes en Octubre, sucederá otro hito para el Festival ya que por primera vez en la historia tendrá otra sede que no sea la provincia de Córdoba, así los días 10 y 11 de ese mes por única vez se dará el Cosquín Rock Capital Federal, en la ciudad de Buenos Aires.
El domingo por la madrugada cuando estaban tocando los Autenticos decadentes las primeras gotas comenzaron a caer, ya sabemos que sin lluvia no hay Cosquín Rock, son contadas las ediciones durante estos veinte años que no hayan sido pasadas por agua. La mañana del domingo también comenzó con lluvias y lloviznas y daba la sensación que no se detendría en todo el día, tanto así que los primeros shows de la segunda jornada se hicieron bajo las gotas caídas del cielo gris de entre las sierras. Pero para sorpresas de muchos que ya tenían preparado sus pilotos y hasta botas de lluvia, luego del acotado pero emotivo show que Jóvenes Pordioseros, dedicado para un amigo de Toti que hacía pocas horas había perdido a su hijo, las gotas pararon y no volvería en toda la jornada.
El escenario norte en la segunda jornada estaba dispuesta para que las bandas de rock desplegaran todas sus canciones para los seguidores pero dos cantantes de la nueva generación que profesan otro tipo de canciones pisaron ese escenario, en primer lugar durante el set de Los Gardelitos, su líder Eli Suarez invitó a una figura central del Trap, como él mismo la presentó, "ella es la jefa del Trap”, Cazzu que luego se presentaría en el escenario Sur que estaba dispuesto para recibir a las figuras de este subgénero de la música urbana que está en boga por estos años, para hacer juntos “Llamame”, Cazzu agradeció, la gente aplaudió y comprendió que finalmente todo se trata de música. Eli también festejó que se le abriera la puerta a los nuevos géneros y también a las mujeres gracias al cupo femenino, implementado por primera vez por la producción del festival. El otro “colado” en el escenario Norte fue el otro emergente de la música urbana, nada más y nada menos que Wos, el joven porteño no desentonó y llamó la atención de tods ls asistentes con un furioso set que mezcla su verborragia freestyle con potentes bases rockeras, incluso el famoso riff de Skay de "Luzbelito y las sirenas" rebautizado por Wos como "Luz Delito". Llamó la atención también la gran cantidad de niños sobre los hombros de sus padres, que seguramente estuvieron en las primeras ediciones que se hacían en la Plaza Próspero Molina y que ahora traían a sus hijos para ver a su nuevo ídolo.
Mientras en el Escenario Sur el trap copaba los horarios centrales, en los demás escenario se podía escuchar a las nuevas generaciones de cancioneros por la carpa Popart XXI, Indios y Conociendo Rusia dieron muestras que las tradiciones del rock-pop argentino están intactas y aún tienen mucho por hacer; mientras que en el escenario Córdoba X, Vitico y Luciano Napolitano le daban vida a Riff para hacerle honor como dijo el mismo Napolitano a la segunda parte del nombre del festival, con un sonido arrollador pueden darse por satisfecho que cumplieron su misión. Más tarde el mismo escenario tendría a otro histórico sobre las tablas, el gran Semilla Bucciarelli acompañó a Cuatro al Hilo para hacer un puñado de canciones de los Redondos que le pusieron calor a una noche que estaba refrescando en el lado sur del festival, esto sucedía luego del set que firmó Adrian Dargelos y Babasónicos para un público heterogéneo que esperaba por ver a Duki y a Cazzu, poco le importó a la banda de Monte Chingolo que hizo un impecable show con su pop refinado y arrogante rock que incluyó canciones de todas sus épocas y una puesta de luces enigmáticas.
Mientras en el norte, el show más convocante de la fecha estuvo a cargo de Ciro y los presas, con picos en sus invitados, primero cuando Wos lo acompañó para "Pistolas", al igual que en el festival Mastai del año pasado y Micky, bajista original de Los Piojos para hacer "Luz de Marfil" y "Tan Solo" clásicos piojosos. Antes habían tocado La Vela Puerca que trajo su charrúa impronta fiestera para un público que creció tremendamente en pocos minutos para completar hasta casi el medio del predio. Una banda que está volviendo luego de justamente 20 años de inactividad con esporádicos recitales son Los Caballeros de la Quema, que tuvieron su bautismo de fuego en el festival más grande del país y a fuerza de hits de radio, pero también de hits de barrio, concretaron un gran espectáculo dejando felices a varias generaciones. Para el final Las Pelotas, banda que dio su presente en las 20 ediciones del festival, dejó el escenario preparado para que Los Ratones Paranoicos, hagan un estoico show de corte stone para el delirio de los miles de fans de Juanse y compañía. Ahora ya no solo resta esperar al próximo año para respirar aire de las sierras cordobesas, sino que una brisa pasará por capital federal en Octubre y promete expandirse por todo el país en algunos años, brindando por muchos aniversarios más del Cosquín Rock.
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