En su decimonovena edición, Cosquín Rock, lució vital, ostentoso y frenético. Dos días en donde se vieron materializados y confluyeron miles de fanáticos de ese rock que muchas veces dieron por muerto, pero sin embargo ahí está.
No importa cuántas veces hayas ido al Cosquín Rock, siempre te sorprende lo inmenso de su estructura y la enorme masa de personas que se ven atraídas por la más grande convocatorias de bandas de rock que hay en el año. Haciendo dedo, en autos, combis, aviones, trenes, micros de larga distancia, todo es válido para no perderse semejante acontecimiento. Las mayorías de las banderas que flameaban, hacen referencia al lugar de pertenencia de las bandas, y ahí se entiende porque es el festival más federal del país. En esta edición también se pudo ver la convocatoria que se amplió hacia los países límitrofes, seguramente ataídos por las distintas versiones del festival que se están replicando en muchos países latinoamericanos. La mayoría uruguayos, seguidos de cerca por los chilenos y paraguayos, también llegan bolivianos, colombianos y mexicanos llegaron a vivir la experiencia completa. Porque como dijo en conferencia de prensa el Enano Teysera, cantante y compositor de los charrúas de La Vela Puerca, “la experiencia es la previa en los campings, hoteles y casas alquiladas con amigos en medio de juergas de bebidas, fogones y rocanrol, pero se completa sí o sí dentro del predio, en medio del pogo, disfrutando la música", esa música que sale de los escenarios montados en medio de la magestuosidad de las sierras.
Este año algunos cambios en la composición de la grilla pudo segmentar de manera muy marcada las distintas vertientes de nuestro rock y por consiguiente los distintos públicos. Aunque no tuvo nombres propios más que el indicativo por el punto cardinal donde se encontraban, los dos grandes escenarios, sobre todo el Sur, determinaban una temática tácita.
Viejo y querido rocanrol
Justamente en el Sur, en la segunda jornada confluyeron las huestes del rocanrol barrial, con eso bastó para que sea el escenario más nutrido de ambas jornadas. Con la centralidad de lo que significaba la vuelta del Pato Fontanet con Don Osvaldo, luego de mucho tiempo sin tocar en el festival.
El día comenzó temprano con La Mississippi, tocando bajo un radiante sol y una temperatura desmedidamente alta, algo que estuvo presente durante ambos días, pero que a esa altura de la tarde, realmente partía las cabezas de los asistentes, que estoicamente desafiaban al sol pleno de entre las sierras. En un set a puro blues y rock, los bonaerenses pudieron festejar sus 30 años en el ruedo, con canciones de todas sus épocas. Enseguida el campo se empezó a llenar de banderas, con una notoria mayoría para los que llegaron desde el conurbano bonaerense, para lo que iba a ser la presentación de Los Gardelitos. Realmente están muy afilados, de cara a lo que será la presentación más importante del año en el Estadio Obras, el próximo 25 de mayo, sonaron muy bien en todas las canciones que eligieron para deleite de sus seguidores. Como habían adelantado en la semana, contaron con la presencia de Patricio Rogelio Santos Fontanet sobre su escenario, para una memorable versión de “Viejo y Querido Rocanrol” que dejó a todos delirando, no solo por la potente voz de Eli y Pato juntos, sino también por el excelente solo de guitarra que brindó el líder de Los Gardelitos. Entre show de Gardeles y Don Osvaldo sucedió un pequeño set de Ojos Locos que permitió disfrutar de su música, mientras la gente desbordaba los pocos puntos de hidratación que había cerca y de los cuales solo salía agua tibia, muy poco para un día de tanto calor. Luego sí, llegó el momento más esperado, cuando el público plagaba en el escenario sur con sus banderas y remeras para escuchar la característica voz de Fontanet, que comenzó con "Morir" y un sonido no del todo ajustado, pero que con el paso de las canciones se fue mejorando, dejando conforme a todos los que fueron a buscar ese rocanrol callejero de pura cepa. Después la fiesta se completó con la llegada de los quilmeños de La 25, a puro rocanroll stone, llegaron estaban retrasados por la ruta y por eso el show comenzó un poco más tarde de lo programado. También con La 25, Pato Fontanet subió para cantar "Mil Canciones", demostrando una vez más que todo el Escenario Sur giraba alrededor de su figura, la camaradería que siempre existió entre las bandas de rock barrial sigue intacta, como su público.
Arriba Uruguay
Las bandas uruguayas que tocaron en el festival, se hicieron escuchar primero por su nivel sonoro, pero también por la cantidad de público que convocaron. Llegados del país vecino, donde el año pasado se realizó el primer Cosquin Rock Uruguay, los seguidores se hicieron notar con banderas, remeras y pasión por el rock. A Los Cuatro Pesos de Propina les tocó un horario no muy amigable en el segundo día, sin embargo, se las arreglaron para sonar de maravillas y hacer bailar al público en medio del agobiante calor de la tarde de Punilla. La Vela Puerca también tocó con sol, algo que muy pocas veces hicieron, lo que les permitió ver el lleno total que había a esa hora en el Escenario Norte y a todas las banderas flameando, de Uruguay, de Peñarol y de Nacional. Respaldándose en su más reciente LP “Destilar” y con algunas de sus gemas en el set list, La Vela dejó a todos en plena fiesta y preparándose para lo que venía, porque ese día los uruguayos tomaron el escenario principal por tres horas. Lo que venía era nada más y nada menos que No Te Va Gustar, ya con el atardecer yéndose, la gente pudo disfrutar de las luces del escenario y las canciones de Emiliano Brancciari. La banda está empezando un 2019 que será histórico, ya que planean festejar con todo, sus 25 años. Sin dudas una de las bandas que mejor sonó a lo largo de todo el festival, con puntos altos en “Verte Feliz”, que en su parte final homenajea a Luca, con un fragmento de “Mañana en el Abasto”, “Tenés que saltar” canción que dio inicio al show, y “Fuera de Control”, una de las ultimas y de las más festejadas por el púbico.
El indie argentino en su mejor momento
El rock independiente tuvo un lugar de privilegio el primer día en el Escenario Sur, agrupando a bandas que vienen pisando fuerte, y otras ya consagradas, pero que se pueden englobar en el alctual sonido argentino. Todo un movimiento que vino a renovar el alicaído rock argentino post cromañón. Todo comenzó con Telescopios, locales en su provincia. Con un sonido más amplio y ligado al pop hicieron lo suyo de la mejor manera a primera hora del dia, muy temprano para el público general. Luego los mendocinos de Perras On The Beach pudieron dar una pequeña muestra de su música, con un set acotado de 30 minutos, desplegando su desfachatado flow cuyano para algunos valientes, que llegaron a las 3 de la tarde al predio con un bravo sol sobre sus cienes. Más tarde Louta, otros de los mimados del indie, llevó toda su parafernalia performática y su música bailable, en show que se disfrutó mucho, con una propuesta bien distinta a lo que se espera en un escenario de rock, pero que en cierto punto también tiene ese espíritu, más que nada por lo arriesgado de su apuesta. Ese escenario también albergó a otra de las grandes bandas mendocinas de este tiempo, Usted Señalemelo, que ya cuentan con seguidores propios, que a esa hora se mezclaban con otros que iban copando el campo del Sur, esperando por los platos fuertes de la noche. Otros amigos del indie que con su particular estilo están construyendo una carrera más amplia, pero que tiene su núcleo duro en esta escena, es El Kuelgue. Guardando sus mejores momentos en un muy inspirado Juli Kartun, respaldado por músicos de gran calibre que suenan a la perfección en todos los ritmos que se proponen hacer, desde bossa nova, pasando por el funk, el reggae y hasta la cumbia o el cuarteto. Una de las bandas que surgió de la escena hace años y que hoy por hoy ya son indiscutidos, son los platenses de El Mato un Policia Motorizado que a partir de su mejor disco y también el más popular La Síntesis O`Konor, vienen tocando en grandes festivales alrededor del mundo sobre todo en Argentina y México. A pesar de un pequeño parate obligado por la denuncia por acoso que recibió su baterista, pudieron reponerse y seguir adelante, a fuerza de grandes canciones; que surgen de su lider, cantante y bajista Santiago Motorizado. En este segundo y consecutivo Cosquin Rock desplegaron sus mejores armas para un público fiel que siguió todo el show en trance. Un camino similar al que trazó El Mato, recorrieron Los Espiritus para llegar a ser una de las bandas más convocantes del indie nacional; el año pasado pudieron hacer su primer estadio solos y la gente respondió muy bien. Las particulares composiciones de Prietto y sus amigos tienen una llegada especial con el público, ya que trajeron consigo un sonido al que no estábamos acostumbrados, por lo tanto, es doblemente válido lo que han generado en pocos años de carrera y por ahora parecen no tener techo en su crecimiento. El recital que dieron en el Sur, un escenario que no tenía el mejor de los sonidos, se escuchó espectacular, pudiéndose apreciar todos los matices sonoros que le impregnan a su música.
Históricos en el escenario
Una de las bandas que tiene asistencia perfecta, Las Pelotas, estuvo cerrando el escenario principal en el primer día, los a está altura experimentados que como dijo Daffunchio en conferencia "siguen haciendo goles". Los locales tanto en Hurlingham como en la provincia de Córdoba, hicieron un show contundente, con gran energía, eso ya se veía en las horas previas antes de subir al escenario en bambalinas se los vio con muchas ganas de salir a tocar. Cerraron la noche invitando a Alberto “Superman” Troglio, baterista original de Sumo y a Piti de las Pastillas del Abuelo para recordar a Luca e interpretar los clásicos “No Tan Distintos” y “El Ojo Blindado”. Antes, Skay Beilinson, el corazón de Patricio Rey, protagonizó uno de los momentos que quedarán en la historia del festival, en su acotado pero intenso recital, sumó por primera vez en el escenario a otro mito del rock argentino, nada más y nada menos que a Richard Coleman, otrora coequiper de Gustavo Cerati en Soda Stereo, en Fricción y en su última etapa como solista. El experimentado guitarrista encajó perfectamente con Los Fakires para hacer un repertorio que se centró en las canciones de la carrera de Skay en solitario, pero donde también hubo tiempo para algunas gemas ricoteras como “JiJiJi” y “Criminal Mambo”.
Este año a la carpa alternativa por donde pasaron artistas de trap y rap de estilo frestyle, se le sumó una carpa especialmente montada para que dentro de ella se desarrolle uno de los espectaculos más esperados de este #CR19, el unplugged de Los Autenticos Decadentes Fiesta Nacional. En función doble sábado y domingo, los Deca se presentaron por primera vez en público bajo este formato que incluyen instrumentos extraños, despojados de guitarras eléctricas y con sutilezas verdaderamente deliciosas. Haciendo honor al nombre de su disco desataron la parranda con una cadena interminable de hits de todas las épocas y subieron al escenario a invitados como Fernando Ruiz Diaz, Miss Bolivia y a la mismísima hija de Cucho Parissi, Violeta Parissi quien sorprendió a propios y extraños al tomar las riendas del éxito radial “Amor”, que había sido grabada en versión unplugged con la chilena Mon Laferte. Mientras tanto en el escenario principal Ciro montó una fiesta piojosa en el que fue el show más largo del día dos, con un sonido abrumador, para uno de los conciertos que mejor sonaron. Con Los Persas en pleno apogeo tocó sus canciones solistas haciendo hincapié en el doble Naranja Persa, pero sin descuidar a sus antiguos seguidores, a los cuales les regaló una sentida versión de “Tan Solo” junto a Micky Fernandez de La Que Faltaba, ex compañero de banda. También se celebra la excelente incorporación de Julieta Rada como corista, aportándole un estilo diferente al color de voz característico de Ciro. Además se supieron acomodar a una importante baja, el baterista original de los Persas Lulo, fue operado el mes pasado y se lo reemplazó perfectamente.
El último show, el cierre definitivo del festival estuvo a cargo de los españoles Ska-p, quienes ya habían tocado en una edición anterior del Cosquín Rock. Esta vez fue especial, porque llevaban varios años retirados de los escenarios por problemas de salud de su lider Pulpul. Ahora regresaron con un excelente disco de estudio, Game Over y con más fuerza que nunca para denunciar los estragos que hace el capitalismo en el mundo, siempre bailando ska. El momento más emotivo de la noche fue cuando le dedicaron a Santiago Maldonado, “Solamente por pensar”, canción que relata el asesinato de un activista italiano en manos de la policía, en medio de una protesta social, además Pulpul llevaba puesta una remera con la imagen del joven muerto luego de una represión de gendarmería en el sur de nuestro país, con la palabra Eterno. El público entendió todo cuando desde el micrófono dijeron que el gato bueno lo tienen ellos, antes de hacer el clásico “El gato López”. “El gato malo lo tienen ustedes” soltó desde el micrófono interpelando al público argentino, en un cierre de lujo para el festival y antes que llegue la intensa lluvia que se vendría, terminaron con “El Vals del Obrero” para que todos bailen frenéticamente, un vals dedicado a los trabajadores del mundo.
Así pasó el festival de las sierras, el más importante del país, que actualmente está intentando reinventarse año a año en algunos aspectos, pero que en otros aún le cuesta; así lo hicieron saber las, a esta altura escasas mujeres que pasaron por los distintos escenarios, desde Miss Bolivia hasta Eruca Sativa. Justamente Brenda Martin, la bajista de Eruca, estuvo invitada en el recital de los Decadentes y ahí también se oyó la consigna “por más mujeres en el escenario”. Las declaraciones en conferencia de prensa de José Palazzo no ayudaron mucho y generaron más críticas en ese sentido. Pero el Cosquín Rock siempre se supo reinventar sin perder su espíritu y creo que es una gran ocasión para que suceda nuevamente. Que así sea. Nos vemos en el vigésimo aniversario.
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