Se editó oficialmente un recital histórico de Luis Alberto Spinetta, nada más y nada menos que la presentación de Artaud, ese gran disco que salió bajo el sello de Pescado Rabioso pero que realmente se trata de un álbum del Flaco en solitario.
Artaud es un disco que no solo a nivel artístico es solista, sino que también es muy íntimo y parte justamente de una búsqueda interior del Luis Alberto Spinetta. Claro que el título y algunas de las canciones están dedicadas a la figura del poeta maldito, el también dramaturgo Antonin Artaud, una de las inspiraciones literarias y contra culturales de la que el Flaco se sirvió magistralmente. Ese rockero de la literatura muchas veces bastardeado por el establishment y que Spinetta venía a reivindicar con un álbum que marca un hito inmenso en la cultura nacional, dejando en claro su postura frente a una sociedad que se resistía a realizar un cambio profundo en cuanto a lo cultural, con una propuesta totalmente disruptiva de parte de los jóvenes, se convertía en una especie de insignia contra todos los males de este mundo. Son nueve canciones que van desde “Todas las hojas son del viento” a “Las Habladurías del mundo” pasando por “Cantata de puentes amarillos”,“Por” y “Bajan”; habría que nombrarlas a todas porque realmente es un álbum histórico y a la vez, cada una de las canciones son icónicas.
Para muchos, sino el mejor, es uno de los mejores discos de nuestro rock argentino y obviamente que tienen muchos argumentos para hacer esta afirmación. Es un disco que fue grabado prácticamente por Luis en solitario, con algunas colaboraciones fundamentales: Gustavo Spinetta, hermano de Luis, toca en “Cementerio Club” y “Bajan”; en el bajo de ambas está, el ex Almendra Emilio del Guercio y otro ex Almendra, Rodolfo García, se hace cargo de la batería para “Superchería y “Las habladurías del Mundo”. Todo lo otro que suena en el álbum es obra del flaco.
Este disco de la presentación de Artaud en vivo en el Teatro Astral nos trae justamente al flaco, sólo, parado en medio del escenario con su guitarra, a las 11 de la mañana de un domingo 28 de Octubre de 1973, frente a una multitud que a lo largo del disco tiene varios ida y vuelta con Luis. En aquella época, los horarios matutinos eran los más accesibles para los recitales de rock, no solo por el temor de las autoridades por la conjunción de la noche y el rock, sino también sucedía que eran más accesibles al bolsillo de los productores que se animaban al incipiente negocio del rock. Muy lejos del negocio, aquel concierto de Spinetta fue todo un hito, no solo musical, sino también político y sobre todo contracultural. En la entrada fue repartida una proclama donde el flaco dejaba explícito la inspiración en los escritos de Artaud, aún más que en sus canciones. Era prácticamente una denuncia a lo establecido y ofrecía un camino alternativo, donde el rock sirviera para la liberación, pero sobre todo para la liberación interior. El título del texto ya decía mucho, “Rock, música dura: La suicidada por la sociedad” en los párrafos iba mucho más allá, denunciando aún, el régimen de producción de la música, de la que, él mismo era parte.
Esa noche el flaco estaba hablador, por un lado trataba de explicar el concepto del concierto, desde la música que acompañó a las diapositivas que se proyectaron con textos de Antonin Artaud mezclado con fragmentos de películas como El Gabinete del doctor Caligari y Un Perro andalúz de otro surrealista como Luis Buñuel y para conformar un ambiente apropiado a Artaud sonaron el recientemente editado, The Dark Side of the Moon de Pink Floyd y “Tax Free” de Jimi Hendrix. Por otro lado pudo poner en pocas palabras algunas de las ideas que conformaban el concepto general explayado en el programa repartido en la puerta del teatro.
Obviamente como siempre, defendió a capa y espada sus nuevas canciones. Para que se den una idea en este concierto toca una de las primeras versiones de “Barro Tal Vez” y el flaco tenía que defenderla, ¡a “Barro Tal Vez”! El público de esa época era muy difícil de conformar, muy conservador para un espíritu tan libre como el del flaco. No solo se encargó de defender el concepto general, la elección de las canciones, la defensa del arte y las acciones de Artaud, a la vez defendía el rock como movimiento necesario para un cambio cultural, que ya en aquella época daban por muerto y el flaco reivindicaba con este álbum y con este show, sino también tenia que dar cuenta tratando de su nuevo sonido. Porque claro, venía de Pescado Rabioso, una súper banda que tenía un poder tremendo y sonaba con una sofisticación que poco tenía que ver, en apariencia con esta nueva propuesta. Hay que decir que a pasar a este sonido más acústico que ofrecería por aquel lapso de tiempo solista, no perdía ni un ápice de poder, tanto en sus sus letras, como en esos acordes plateados que solo se encuentran en su música. Estos cambios rotundos de sonoridad costaba que su público lo entendieran, tenía que justificar por ejemplo la simpleza de acordes de “Todas Las hojas son del viento”, “...aunque aparentemente suene facilongo, yo lo quiero mucho y creo que puse tanto como pongo para hacer una música más compleja" se le escucha decir en la presentación de la canción. Con ese tema arrancó el set Artaud del recital, también tocó “Bajan”, “La Sed Verdadera” y “Cantata de Puentes Amarillos”; en el medio metió “Cristálida” que la presentó queriendo decir yo les avisé que estaba cambiando, porque es una canción de Pescado 2 y donde demuestra un poco el rumbo que estaba tomando su música con varios pasajes distintos en el medio de la canción. Con el tiempo sabríamos que la carrera del flaco es así y nunca se quedará quieto en un solo lugar, tan inquieto que solo unas semanas después estaría debutando con una de sus mejores bandas, para mi gusto, la mejor, INVISIBLE, en el mismo Teatro Astral que ahora lo veía solitario en ese escenario. Él acuñó, justamente “Mañana es mejor” en “Cantata”. En el público había algunos que no se bancaban los cambios y lo bardeaban, sobre todo uno, que parecía estar borracho, el flaco con altura le respondió cada una de las veces que fue necesario y en el discurso de aquel pibe de 23 años, como tenía Luis Alberto en el 73, se podía escucharse el lenguaje de la época y las palabras que estaban en lo cotidiano, como la palabra violencia, a la que en un fragmento el flaco le da una connotación distinta a la que podríamos tener hoy en día. Aparece también frecuentemente, por ejemplo la palabra represión, como oposición a lo que era un concierto de rock.
Este álbum, Presentación ARTAUD -1973- Teatro Astral, de esta manera pasa a ser oficial, porque hace mucho que está dando vuelta en internet, a a nivel sonoro, para ser sincero se esperaba que se pudieran hacer algo más por el sonido, que si bien está mejorado, me parece insuficiente para la calidad que siempre distinguió a los discos del flaco. No creo que en vida él lo hubiera sacado, pero si su familia así lo quiere ahora, es totalmente respetable y se agradece, porque este tipo de lanzamientos funcionan en otro nivel.
Es un documento histórico, signado por una
época muy distinta a la de hoy y la grabación tal
cual sucedió, con toda la presentación que hace Luis y los comentarios entre las canciones, no solo dan cuenta de una etapa artística del Flaco, sino que también nos da un panorama general de un país distinto, del que la memoria nos puede hacer reflexionar y en el cual nosotros, podemos referenciarnos con ese pasado que no fue perfecto, claro está, pero que tiene mucho que decirnos para tener un mañana mejor.
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