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Hay rock & roll


El viernes por la noche Raúl Porchetto presentó su rockero nuevo disco "Sombras en el Cielo" en el Teatro Coliseo de Buenos Aires, en una noche repleta de invitados y sus clásicos de siempre.

Ph. Sol Seta

Con una primera parte en la que presentó “Sombras en el Cielo”, su flamante disco, que con su aparición tomó por sorpresa a propios y extraños, por el sonido crudo de las nuevas canciones y con el respaldo de una banda de rock and roll de corte clásica lo le permitió a Raúl Porchetto descubrir su faceta más rockera, como nunca antes se lo había oído, el recital tomo vida propia para convertirse en extraordinario. Su banda incluye al Eruca Sativa, Gabriel Pedernera en la batería y a Dani Porchetto, hijo de Raúl, en teclados y suenan realmente muy acoplados, tanto en las canciones que interpretaron de “Sombras en el cielo”, como en los clásicos de toda la carrera del músico oriundo de Mercedes, que cumple con 45 años en la escena del Rock Nacional.

Los muchos invitados durante las dos horas que duró el recital fueron de primera línea; el primero en aparecer en escena directamente de entre el público fue Juanse, guitarrista y líder de Ratones Paranoicos, que se sumó al igual que en la grabación del disco, para un blues a lo Norberto Napolitano que quedó a la perfección, la canción “Siempre vas a estar en mi cabeza” es un viejo tema que Porchetto regrabó para este nuevo proyecto, recordando cuanto le gustaba a su amigo Alberto Badía. Juanse desplegó su propio estilo para hacer uno de los grandes solos de la noche, con la guitarra que el mismo le regaló a Porchetto de color rojo y blanco perlado, en “Hay rock & roll”, lo único que nos queda a pesar de las penurias que a veces pasamos, tal cual reza la letra.

Ya habían pasado el corte difusión del nuevo álbum “Corazones Rotos” una canción que tiene destino de hit radial, simple y efectivo de estirpe rockera que representa sonoramente muy bien la totalidad del LP, al igual que “Rock en mi”, segunda canción ejecutada en la noche. Resulta muy interesante escuchar la batería de Pedernera al servicio de una banda de rhythm and blues y rock and roll, un papel totalmente distinto al que ocupa en Eruca, esto genera un plus a las canciones compuestas por Porchetto. “Sombras en el Cielo”, canción que le da nombre a la placa y en la que se puede encontrar el espíritu del álbum desde su lírica, ”Son tiempos mentirosos, tiempos poco honroso, solo vale ganar” definiendo así, el duro presente que estamos viviendo; lo mismo que “Chipak”, una canción que funciona como una radiografía de las nuevas sociedades “Si estas tan bien ¿por qué lloras?” se pregunta en esta que es otra de las canciones que estrenó en vivo por primera vez. Uno de los momentos más íntimos y emotivos del show y también del disco es la canción que Raúl le dedica a su madre, llamada simplemente "Má" que en vivo empezó con su piano y voz, para después ensamblarse perfectamente con las voces del Coro Kennedy, que le dio un matiz distinto del resto del repertorio y con un sonido preeminente por la acústica espectacular que brinda un Teatro como el Coliseo.

El gran invitado de la noche fue León Gieco, uno de los grandes amigos de la vida de Raúl Porchetto, quien sumó su voz y su armónica para la canción que firmaron juntos “De Mercedes a Cañada” donde hablan de sus viajes en las rutas argentinas que van de la ciudad natal de Gieco a la de Porchetto. También ejecutaron “Algo de Paz”, aquel clásico que fue regrabada para este nuevo álbum y la nueva “Nunca nos piden Perdón” un rocanrol que tiene una dura crítica al poder político argentino, que puede funcionar como contracara de aquella “Che pibe, vení vota”, la letra machaca “Ellos piden los votos, nunca nos piden perdón”. Las nuevas canciones agotan y exigen al máximo la voz de Porchetto, que aún conserva muchos de aquellos agudos que lo caracterizaron desde siempre, y en medio de cada canción logra recuperarse llamativamente rápido para la próxima; el público recibió muy bien el nuevo material que fue mostrado por primera vez en directo, pero pudo cantar recién con los clásicos de siempre, de los que la banda se ocupó en la segunda parte del show.

Así pasaron las principales canciones de su carrera “Sentado en el umbral de Dios” versión piano y voz; “Llamando a los duendes”, canción en la que se sumó el histórico Fabian Passaro en guitarra, quien hizo un gran solo en “Como un ángel” tema editado en Centavos de Amor, álbum del año 2001; “Por honor y por gloria” de aquel disco que en su momento generó mucha controversia, sobre todo por la canción que daba nombre al álbum, “Reina Madre”, canción antibélica que fue malinterpretada por detractores nacionalistas, merecedora de la absurda definición de traición a la patria, como el mismo Porchetto se encargó de remarcar antes de dar comienzo al tema. Otro de los invitados de la noche, Leo García deslumbró a todos con su voz, para la ochentosa “La Llama de tu amor” que le quedó perfectamente, tal como había presagiado el propio autor de la canción cuando se le ocurrió invitarlo para interpretarla juntos. “Metegol” fue otra de las gemas de la noche, sobre todo por los invitados Alfredo Toth y Pablo Guyot en bajo y guitarra, quienes grabaron junto a Porchetto aquel LP que le valiera el primer disco de oro en la carrera de Raúl.

Su ambicioso disco debut “Cristo Rock” del año 72, nunca pudo ser presentado en vivo, por eso escuchar la “Obertura/Canción 1” de aquel hito fue toda una experiencia para el público, que agradeció de sobre manera la interpretación que hizo junto a Ike Parodi, cantante de la banda rosarina Vudú. Para el final, parte de Porsuigieco, aquel supergrupo acústico que conformara junto a Charly García y María Rosa Yorio, pudo reunirse para hacer “El Fantasma de Canterville”, ya que Nito Mestre y León Gieco se sumaron para los coros, armónica y guitarra acústica. En los bises llegó una sorprendente y hermosa versión de “Oh! Darling” de The Beatles; una canción que se repitió, “Corazones Rotos” y el clásico de clásicos “Bailando en la vereda” que dejó a todo el teatro bailando en sus butacas.

* Fotos: Sol Seta

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