Acorazado Potemkin se presentó abriendo el ciclo 2018 de “Rebeldes, Soñadores y Fugitivos En Vivo - De la radio al escenario” presentado por Eduardo Fabregat en el Caras y Caretas de San Telmo.
Tras ser anunciada como la banda que hay que ver en vivo en estos tiempos por el mismísimo presentador del ciclo, el power trío formado por Luciano Esain, Juan Pablo Fernández y Federico Ghazarossian hizo honor a estos elogios vertidos, no sólo por Fabregat, sino por buena parte de la prensa especializada.
Acorazado Potemkin es literalmente un buque de guerra en directo que va al frente a todo momento. Con tres discos de estudio editados al día de hoy, el repertorio se basó en el más reciente “Labios del río” que vio la luz el año pasado demostrando la solidez que da la experiencia de todos estos años; antes de confluir en este proyecto, los miembros de la banda pasaron por algunas de las formaciones más importantes de la escena alternativa nacional como Pequeña Orquesta Reincidente, Me darás mil Hijos y Valle de Muñecas.
Las primeras canciones del concierto fueron dedicadas a su disco más reciente; por más que haya sido presentado el año pasado en un Niceto Club colmado, llama la atención como éstas nuevas canciones conviven tan armoniosamente con las de sus trabajos anteriores y sean tan bien recibidas por el público. Comenzaron muy arriba con “Soñé”, “Roto y Descocido” y “Sopa de alambre”, lo que vislumbraba que ésta, no sería una noche más. Los cuatro componentes de este acorazado: batería, bajo, guitarra y voz, están dispuestos de tal forma que ocupan un lugar esencial en cada una de las canciones que ejecutan, como si fueran ladrillos que sostienen una pared sonora. Son un todo sólido que remite a un continuum musical inacabable, por más que la rítmica cambie de canción en canción. Luego vendrían “Humano” y “Las cajas” logrando una atmósfera épica de sucias guitarras y redoblantes estallando junto a la portentosa voz de Fernández escupiendo líricas precisas para decir lo que no se puede ocultar.
Después de “Lengua Materna” de Mugre, aquel gran disco debut de 2011, se presentó en el escenario la primera invitada de la noche. Juliana Moreno supo colar una hermosa flauta traversa en la tríada rockera y realizar dos excelsas versiones: “Flying Sourcers” una de las mejores canciones de Labios del Río en la cual Juliana también puso su voz; y “Dos de Nosotros” adaptada directamente de “Let It Be”. Seguidamente el público estalló con “Santo Tomé” canción de carretera que entonaron a grito pelado: “(…) tiros al aire, tiros a la pared”, para introducirse en ese viaje por la frontera que en vivo funciona perfectamente. Inmediatamente después empezó a sonar “Miserere” desde Remolinos con Beto Siles, que al igual que en el álbum, le puso su impronta al paisaje de Balvanera que ofrece la letra.
La Sala Caras y Caretas de San Telmo tiene mística peronista de por sí, ya que está apostado en una de las sedes del Sindicato Único de Trabajadores de Edificios (SUTERH) que tiene como Secretario General al presidente del Partido Justicialista porteño, pero no provenían de los trabajadores en plenario el canto que se está viralizando por todos lados (“MMLPQTP”), sino que el público de Acorazado lo hizo propio; tanto para demostrar el descontento con las políticas públicas que lleva el equipo gobernante centrados en la figura del presidente Macri, como para perspicazmente cambiar la letra para alentar a la banda “(…)Acorazado: ¡que banda! ¡Que lo parió!”. Desde el escenario recogieron la ovación para encarar la segunda parte, allí salieron con “Perrito”, “Mundo Lego” y “Reconstrucción”, canciones con un sonido poderoso a tempo medio, uno de los tantos distintivos este trío, que no encuentra marco posible para encasillarse. Desde estas piezas particulares la banda construye un universo propio, tanto desde lo sonoro como lo lírico, ya que las letras reflejan una mirada particular ante el mundo, casi sui generis.
Para el final de este viaje que duró más de dos horas, llegó “El Rosarino”, “El Pan del Facho” y “Hablar de Vos”. Ésta última con una carga emotiva especial en los integrantes, quiénes a esa altura ya eran un río de sudor por la energía desplegada sobre el escenario.
Para que la noche se convirtiera definitivamente en un acontecimiento único, la última invitada, Flopa Lestani, puso su girl power al servicio de “La mitad” y “Sabés”, redondeando así una noche perfecta.
