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Hijos de Nada, padres de todo


El martes 7 de noviembre en el auditorio de la Biblioteca Nacional fue la presentación de Miguel Abuelo et Nada el Documental, que cuenta la historia detrás un disco de culto dentro del Rock Nacional.

Luego de grabar sus primeras canciones a finales de los ’60, Miguel Abuelo decidió cambiar de aire y alejarse un poco de la realidad argentina de ese momento, cuando el país se encontraba agobiado por gobiernos de facto. Gracias al apoyo de su amigo Pipo Lernoud llega a una Francia con el movimiento hippie en boga, ansiosa de recibir artistas que enriquezcan la cultura post mayo francés. Así, Miguel pudo encontrar un lugar en la escena de aquellos años, viviendo en distintas casas que eran acondicionadas para alojar a estos artistas que llegaban desde todo el mundo. Gracias a su carismática personalidad logra convencer al reconocido productor Moshé Naïm para realizar la grabación de un disco solista con guitarra y voz; pero a poco tiempo de comenzar la grabación Miguel desiste de la idea primigenia, e incorpora músicos que fue conociendo en su estadía parisina, que conformaron la banda ideal a la que llamaron Hijos de Nada, para grabar uno de los grandes discos del Rock en español.

Es muy importante para cualquier melómano, poder tener ahora toda esta información de primera mano, que en un trabajo exhaustivo recolectaron, Agustín Argento, Juan Manuel Muñiz Oribe, Facundo Caramelo, realizadores del formidable Miguel Abuelo et Nada El Documental, para reconstruir el eslabón perdido del Rock Nacional. Realizada íntegramente en forma independiente y con un trabajo que les llevó cuatro años de investigación cuenta, a través de entrevistas a los músicos que formaron parte de aquella gema, como fue la producción, con datos precisos, muchos de ellos inéditos. Por ejemplo muy pocos sabían que el guitarrista de aquella grabación no es otro que Daniel Sbarra, que formó parte de Virus durante los últimos 80s y no solamente haciendo su parte en guitarras, sino también componiendo la mitad del repertorio de aquel disco. Daniel es uno de los entrevistados que lleva adelante el relato, haciendo un esfuerzo supremo para recordar aquellos días donde el ácido lisérgico regaba las visiones sobre aquellos paisajes increíbles en la vieja Europa. También lograron dar con el bajista Pinfo Garrigo y Carlos Beyris, cellista de música clásica que por primera y única vez tocó en un disco de Rock; todos ellos eran latinoamericanos indocumentados en París y llegaron de manera clandestina a aquella ciudad para probar suerte en el arte.

El documental tiene una personalidad propia a partir de las imágenes creadas exclusivamente para acompañar fragmentos del disco, con la decisión de que esas imágenes sean totalmente analógicas, sin la participación de medios digitales, lo que les hubiese insumido menos tiempo pero que realmente no hubieran impactado de la forma que lo hacen, con técnicas de otros tiempos que le da la textura de un paisaje psicodélico, una delicia visual y por momentos inquietante. La única elección que resulta endeble es la inclusión de dramatización, algo que no encuentra un lugar apropiado para explotarla totalmente y que sirve simplemente para poner en palabras los datos duros de la historia. Sin embargo, es todo ganancia para poder tener el rompecabezas completo y entender lo que fue aquella grabación histórica, de culto para unos pocos afortunados que se toparon alguna vez con este gran LP que recordemos nunca fue editado en Argentina. A partir de ahora tendrá se hará justicia, con este film tendrá más difusión. A pesar del intento de los realizadores de reflejar al disco como parte de un proyecto de banda, se hace imposible despegarlo de la figura central de esta conjunción, que es Miguel Abuelo; aunque sí se centra en esa época en particular y en esto basa su riqueza, ya que es una de las partes más obviadas de la extensa biografía de Abuelo. Para todo lo demás ya existen otros materiales como por ejemplo, Buen día día, biopic realizada por Cucho Constantino y Eduardo Pinto.

Se espera que la película tenga un largo recorrido por distintos festivales y que llegue a la mayor cantidad de personas posible; ya fue muy bien recibido en Perú donde estuvo participando del Festival de Cine de Lima, también se vio en el Festival Latinoamericano de La Plata y en la ciudad de Córdoba en el marco de la conmemoración de los 50 años del Rock Argentino. En la Ciudad de Buenos Aires se pudo ver en el ciclo que organiza la Biblioteca Nacional junto a La Nave de los sueños; que siempre nos tienen preparado grandes proyecciones de películas ligadas al Rock.

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